Neradas

Compartir neros. Istmos de complicidad entre amigos que definen situaciones o personas según el momento.
Todo vale para esta palabra que no está en el diccionario.

J.E.

lunes, 14 de julio de 2008

Desvinculando


La chica que no esperaba a nadie, apuró su última cerveza, se levantó como pudo apoyando con fuerza los brazos en el mostrador, apretó un pie contra el suelo, luego el otro, y salió del bar tambaleándose camino del hotel. Antes de acostarse, le hubiese gustado escribir sobre los acontecimientos del día, sobre la gente que observó a su alrededor en ese insólito lugar llamado Futuro, sobre el hombre misterioso de la barra, sobre el camarero, sobre tantas cosas…, pero todo le da vueltas, mañana pensará en ello. Mañana paseará por la ciudad como una recién llegada, como si nunca hubiese estado allí, como si acabase de nacer y le hubiese tocado en suerte moverse por esas calles. Mañana será un animal fuera de su jaula, un rehén liberado, un convicto conmutado, una fiera con alma deambulando en busca de cualquier cosa, mañana escribirá, proyectará, pondrá en práctica lo planeado, mañana, mañana, mañana... Enviará las cartas. ¿Enviará las cartas? Sí. ¡Enviará las cartas! No. Bueno, mañana…

Recién levantada, sale a la terraza, observa desde lo alto, despliega su libreta y anota con precisión los movimientos de los viandantes, esas cabezas que se dirigen a alguna parte. Imagina la suya, la suya camina entre ellos, pero sin rumbo. La suya es una madeja, una madeja de lana echa ovillo, un ovillo hecho muñeco, un muñeco encadenado que dará vueltas sobre sí mismo hasta desenrollarse. Mientras escribe piensa, y mientras piensa decide. No, no enviará las cartas. Irá en persona, y además hará alguna extravagancia, algo que no esperen, algo que les haga comprender que no hay vuelta atrás. Se viste sonriendo, se le ha ocurrido una tontería, una gamberrada que…, ¿por qué no?, a partir de ahora, piensa hacer todo lo que quiera hacer. Ha llegado su momento. Empieza la cuenta atrás.

Sale a la calle resuelta. Sus piernas tiemblan bajo el pantalón pero se reafirman en cada paso. Ya sabe dónde va. Su primera parada será en una juguetería. Esto será un juego a partir de ahora, y para eso necesita el gran juguete. La pistola. Una pistola de agua que disparará contra todo aquél que trate de retenerla. Próxima parada, ¿la oficina?, ¿su casa?, jajajajajajaja…

1 comentario:

Txau dijo...

que chulo, decir todo lo que no se ve...