Neradas

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Todo vale para esta palabra que no está en el diccionario.

J.E.

lunes, 9 de junio de 2008

El alma en pena


















Un hombre va al médico a recoger los resultados de una analítica. El médico le dice que, literalmente, tiene una vena de agua. Después de escuchar esto, el hombre, literalmente, desaparece.


Cuando empezó por la primera vena, la poética, fue increíble, podía escribir los poemas más bonitos que nunca hubiese imaginado pero se dio cuenta que no podía cantar al amor porque todavía no lo había conocido, así que decidió adquirir también una vena romántica y todo funcionó como él esperaba pero con el tiempo volvió el vacío, la insatisfacción, el tedio. Se decidió entonces por la vena artística ya que dada su mayor amplitud pensó le daría mejor resultado, se manifestó de todos los modos posibles y hasta fue reconocido en ámbitos que jamás hubiese soñado, pero la dejadez y el hastío volvieron. Entonces pensó que la vena viajera sería la mejor, necesitaba explorar, expandir, sacar hacia fuera todos los beneficios adquiridos y disfrutar, pero se le planteó un problema, el idioma, así que debía hacerse, además, con una vena políglota y volvió a intentarlo una y otra vez. Reconoció que por un tiempo le fue útil pero después llegó el cansancio de nuevo, quizá el problema fuese ese tiempo, el tiempo que acababa deteniéndose en todas partes, pensó así que debía construirse entonces una vena eterna, atemporal, una vena que impidiese todas esas limitaciones que el enemigo tiempo le imponía, pero una vez conseguido esto tampoco fue suficiente. Por más vidas en las que se instalaba conseguía encontrar la respuesta a lo que estaba buscando, pero ¿qué buscaba? Una larga investigación lo condujo a la vena de agua. Qué gran hallazgo, ya tenía lo imprescindible, su problema era que le faltaba fluidez, dejarse llevar por la corriente que le proporcionaban todas las venas adquiridas, así que se puso a ello. Sin embargo se dio cuenta de que en realidad no había conseguido nada. La vena de la fluidez lo llevó al conocimiento y en éste acabó dándose cuenta de que la solución al problema era él, ya no le quedaba ninguna vena por cambiar, ninguna vena en el mundo podría cambiar el estado en el que se encontraba, un estado en el que no había 'yo', estaba experimentando la nada, la nada pura, el ningún sitio más allá del todo, había encontrado el sentido del mundo y entonces lloró de felicidad, lloró por todas partes, por primera y última vez, lloró hasta que todas sus venas se hicieron agua, se licuó, se convirtió en líquido y después se evaporó.

J.E.

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