Neradas

Compartir neros. Istmos de complicidad entre amigos que definen situaciones o personas según el momento.
Todo vale para esta palabra que no está en el diccionario.

J.E.

lunes, 28 de mayo de 2012

Deriva de un desocupado


Siéntese aquí, póngase los auriculares y déjese fluir. El hombre obedece.Tiene un peso en el alma que no puede sacar hacia fuera. Monedero, estampa, petardo, noche, sueño, sanación, sácame de aquí, estropeado, ausente, molesto, periferia, perfidia, atrofio, calla, cállate, disimula, tropieza, calla, la canción de siempre, ya no quiere escucharla. Ahora necesita ritmo del corazón, pam, pam, pam, latidos con ritmo, arrítmicos, flotantes, paranoias, flatulencias en el pensamiento, en los pies, no puede pensar, piensa; sácalo, sácalo, tíralo, reconforta, calor, meridiano, meridiano cero, escafandra, mierda, mentira, suero, latigazo. Cayó en la cuenta de sus palabras sin sentido pero con todo el sentido del mundo. Se levantó cogió la escoba y bailó con ella, algo le saltaba por dentro, se veía bailando y bailaba de verdad, por una vez estaba coordinado, cabeza, cuerpo. Sí, lo que haría después estaba cantado. Ducharse, cantar, gritar bajo el agua sin motivo solo por soltar energía, por desfogar. Después saldría a la calle a respirar. Inspirar y espirar una y otra vez, entrando aire veraniego con olor a mar, a jazmín, a vacaciones; pero no son vacaciones y el trabajo espera. Que espere. Sabe que llega tarde pero no le importa. Para lo que pagan. ¿Tiene todo lo que necesita?, no, tiene sin embargo mucho. Llora. Se da cuenta que llora y se ríe de ver que llora. En los auriculares entre la música una voz y él se gira asustado y no hay nadie y vuelve a reír esta vez de absurdo. Y en la absurdez felicidad. Felicidad porque sí, por la rosaleda que acaba de traspasar y por los contenedores de basura que al lado empobrecen el olor, desorientan a un ciego y a un animal. Marchando, uno, dos, vamos, ya no queda nada, tus pasos se dirigen hacia donde quieren. Vamos ya estás cerca. Un hombre lo mira al cruzarse en el camino. Unos ojos de presente y de realidad. Quieren decir algo pero cuando quiere adivinar otra nueva mirada se le cruza y más tarde otra y ahora mira al suelo para no verse invadido por otras mentes que le transmiten pensamientos, imágenes, problemas, certezas, acertijos. Y sigue sin que sus piernas puedan parar de andar, y pasa de largo delante de su oficina, y sigue sin saber qué pasa, y no entiende esa alegría que lo recorre, que lo fortalece, y entonces recuerda que ya no tiene que trabajar, que lo despidieron ayer, que tiene un gran problema y que sin embargo, está contento, también un poco triste, pero no puede dejar de caminar. Piensa en lo que pensaría una mirada que se cruzara con la suya. ¿Cómo era su propia mirada en otro? El otro pensaría: nada me pareció apreciar en la mirada de ese hombre y sin embargo, bla, bla, bla... Stop. Levántese. Espere los resultados en la sala contigua. Que pase el siguiente.

1 comentario:

Malín dijo...

onomatopeyas del parado glugluglu me ahogo