Neradas

Compartir neros. Istmos de complicidad entre amigos que definen situaciones o personas según el momento.
Todo vale para esta palabra que no está en el diccionario.

J.E.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Navidad: Homilía performativa




Me gusta ver la Navidad desde la tele. Las señoras en los mercados contando lo que van a hacer para cenar en Noche Buena o comer el día 25, belenes móviles, luces en el centro de la ciudad, mercadillos de solidaridad para pobres llenos de gente rica comprando regalos, gente sin casa a quien la tele prefabrica una para que puedan contar sus cosas bajo un decorado digno, atascos de coches en la nieve, gente que muere y pierde trabajos, gente sin vacaciones, los que se van o vienen en el aeropuerto, chabolas gitanas que parecen estar en otra ciudad, familias con muchos hijos, gente que no duerme, puchero y vino con tartitas de anís y canela en restaurantes de calle improvisados, hijos presos de padres ancianos, los que celebran la lotería y los que comen centollo por primera vez, gente sola en pueblos fantasmas, aquellos que duermen entre los escombros de sus antiguas casas, caravanas de remolque habitadas sin permiso por los que sueñan con casas mientras enganchan la luz a farolas públicas, cómo se hace turrón, guerras: 300 conflictos... Y los israelíes... Accidentes en cadena. Muertos por calefacciones clandestinas. Brotes de meningitis. Noches al raso. Secuestros en tierras lejanas. Aumentos de balanza y michelín. Raphael cantando con todos los cantantes del mundo, we are de world, we are de children...

1 comentario:

dafne dijo...

Soledad. Cruel y digna soledad. Cueva en la que esconderse en esta horrible Navidad. Luces que te ciegan, villancicos ensordecedores queman cual delicado oido musical, te entra por el cuerpo y no la puedes remediar. Te compras un gato para soportar la soledad. Soledad y Navidad, como el aceite y el agua, como el mar y la sal. Para unos tan unidas como el respirar y soñar, para otros sentimientos que ocultar y disimular... Oh! dulce Navidad!Hipocresia y felicidad...